En la Comunidad Valenciana hay registradas una gran cantidad de rutas de senderismo. Algunas de las cuales puedes verlas en turismoalicanteinterior.com.
Hemos escogido tres que nos parecen muy representativas por ser rutas fáciles, que no son largas en exceso y que resultan ideales para completar, sobre todo, en la primavera y en el otoño aunque pueden hacerse en cualquier época del año. Perfectas para quienes quieren respirar aire puro, ver bonitas vistas y conocer la Comunidad Valenciana de una manera diferente.
Aquí nos encontramos con una ruta circular de aproximadamente 12 km que se pueden recorrer en menos de cuatro horas según forma física. Es una ruta sencilla, ideal para quienes no tienen una gran experiencia caminando y el recorrido está señalizado con marcas de pintura.
La ruta comienza y acaba en el pueblo de Planes y a lo largo de la misma se puede disfrutar de sitios tan bonitos como una poza con cascada, el Gorg del Salt, los restos de un antiguo molino o parajes naturales de gran belleza.
El recorrido que va desde la Serreta hasta Ull del Moro implica un esfuerzo físico moderado, por lo que es una ruta que puede hacer prácticamente todo el mundo pero no es recomendable para niños. El recorrido se completa en cuatro horas aproximadamente y no está muy bien señalizado, por lo que se recomienda llevar alguna guía si no se conoce el lugar.
En la montaña de la Serreta hay un importante yacimiento arqueológico con restos del pueblo íbero y también se pueden ver ruinas que datan de la época de los romanos.
Este recorrido de ida y vuelta que se encuentra en la Sierra de las Salinas tiene poco más de diez kilómetros que se pueden completar en algo más de tres horas sin especial dificultad, por lo que es una ruta apta para todo el mundo. Un buen lugar para comenzarla es el Coto Salinas donde hay un aula de naturaleza.
La Cueva del Lagrimal no solo es una microrreserva de flora, sino que se trata de un lugar en el que se han encontrado pruebas de ocupación humana que datan incluso del 5000 A. C. es decir, en pleno Neolítico. Las vistas desde las zonas más elevadas merecen mucho la pena.
