24 Apr
24Apr

Como ya hemos comentado en artículos anteriores, con la llegada del buen tiempo comienzan a proyectarse reformas en muchos hogares. Contar con más horas de luz y temperaturas más agradables son algunas de las claves para que esto ocurra. Otros factores son la aparición de materiales que agilizan el trabajo y reducen el tiempo de las obras. Es el caso de las placas de yeso laminado, comúnmente conocidas como pladur, antaño muy denostadas por tener fama de “endebles”, pero que con la evolución tecnología que han experimentado se han convertido en un material muy de moda tanto en obras nuevas como reformas integrales.

Desde hace no muchos años, este material es frecuentemente utilizado por las empresas de construcción para levantar tabiques, techar habitaciones o combatir la humedad de alguna habitación. A todo ello se une su alta capacidad de aislamiento para espacios como el baño (las placas de pladur de color verde son muy resistente a la humedad), cocinas o zonas de calor con chimeneas (las placas rosas presentan una alta resistencia al fuego) o lugares donde se genere ruido o donde no se quiera que penetre el ruido del exterior (dormitorios, zonas de reuniones o despachos, bares o restaurantes, etc.).

A continuación vamos a analizar algunas de las ventajas que presenta el uso de este material, el cual, eso sí, debe ser colocado para especialistas para que se alcancen los resultados esperados.

Versatilidad: a diferencia del ladrillo que solo se puede utilizar para levantar muros o tabiques, las placas del pladur pueden utilizarse no solo para separar espacios, sino para construir falsos techos, muebles de mampostería, estanterías, etc.

Funcionalidad: su instalación es relativamente rápida y sencilla, pues no necesita de morteros o enfoscado, pues las placas ya cuentan con el acabado final. Además, pueden colocarse de forma recta, en curva y pueden rellenarse de otros materiales como la lana de roca que ayudan a aumentar su capacidad aislante.

Ahorro de tiempo: al no necesitar de enlucido de perlita o cemento, su tiempo de construcción es bastante más reducido, lo que ayuda a cumplir con los plazos establecidos en una reforma integral, uno de los aspectos más determinantes.

Acabados de calidad: las placas vienen de fábrica con un acabado liso uniforme listo para pintar lo que garantiza una terminación de primera y mejor que la que ofrece el ladrillo.

Menos escombros: al no necesitar de morteros, ladrillos o enlucidos, sino unos perfiles de aluminio y una mezcla de cintas con pastas especiales, los residuos que se producen son menores que cuando se construyen paredes de ladrillo. Incluso, en almacenes como Carmoplac, distribuidores de pladur en Sevilla, ofrecen el servicio de reciclaje de fragmentos de placas que hayan sido desechados durante la instalación. Además, al hacerse el montaje en seco, la suciedad que genera es muy reducida.

Alta resistencia: todas las placas están sometidas a fuertes controles de calidad, algo que no ocurre con otros muchos materiales. Al contrario que sucede con la escayola, este material, pese a su rigidez, aguanta bien vibraciones y movimientos sin agrietarse.

Ahorro energético: al contribuir a aislar habitaciones y otros espacios del hogar, también favorece a retener mejor la calefacción o el aire acondicionado, lo que ayuda a reducir el consumo energético.

Si estás pensando en hacer alguna reforma en los próximos meses, antes de que llegue de nuevo el otoño, proponle a tu empresa de reformas o profesional especializado que apueste por el pladur para ahorrar tiempo y molestias. ¡Seguro que no te arrepentirás!

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