15 Nov
15Nov

Parece que las lluvias están haciendo, poco a poco eso sí, acto de presencia en la climatología de este otoño. Sin duda, este agente meteorológico es una de las señas de identidad de los meses más fríos del año, por lo que ya estábamos echándolo en falta en muchos lugares, aunque en no pocos hogares puede traer más de un dolor de cabeza, no en forma de inundación, sino como por ejemplo, al provocar problemas en sus tuberías. Por todo ello, con la ayuda de Onuasistencia, empresa de desatascos en Huelva, vamos a ofreceros algunas claves para evitar riesgos.

Aunque no resulte un tema muy atractivo, todos necesitamos de las tuberías en nuestro día a día. Hay que pensar que estas instalaciones son imprescindibles en la estructura de cualquier vivienda y que, como las demás, requieren de ciertas tareas de mantenimiento para que el paso del tiempo no les afecte demasiado en forma de rotura o corrosión. Lo primero que tenemos que tener en cuenta es que hay que cuidarlas todo el año, no solo en estos meses.

Lo cierto es que en las tuberías más antiguas, debido a los materiales en las que están fabricadas, pueden aparecer desgastes y pequeños poros que terminen originando filtraciones de agua. La mejor manera de evitar estos contratiempos es llevar a cabo revisiones periódicas, sobre todo en épocas de lluvia, para impedir que aparezcan atascos.

Si se produce un atasco en alguna de las tuberías de nuestro hogar, es muy recomendable no perder la calma. Si vivimos en una comunidad de propietarios, lo primero es intentar conocer si se trata de un problema de nuestra vivienda o, por el contrario, de todo el inmueble. En este sentido, es muy común que zonas comunes como garajes o azoteas sufran atascos con la llegada de las lluvias. Otra recomendación es acudir a profesionales para que puedan solucionar el problema de forma rápida y, sobre todo, eficazmente. Afortunadamente, en la actualidad muchas de estas empresas de desatascos cuentan con la tecnología suficiente para localizar los atascos o fugas con cierta rapidez. Esto evitará, no solo que vayan incrementándose, sino que contribuirá a que no haya que realizar oquedades o desmontajes de revestimientos.  

Habitualmente, los atascos en las viviendas se producen por hacer un mal uso de los desagües, pues a menudo los convertimos en cubos de la basura, así como un mal uso de los jabones y lavavajillas. Unas buenas prácticas para evitar obstrucciones son, por ejemplo, verter la grasa y el aceite usado en recipientes para luego llevarlos a un punto limpio, así evitaremos que se cree una película en la cara interior de las tuberías y conductos (lo mismo se puede aplicar a los restos de pintura); arrojar regularmente un vaso de vinagre con bicarbonato por los desagües; evitar desechar las toallitas higiénicas por el inodoro y limpiar con asiduidad los tapones de los fregaderos, lavabos y bañeras.

Tampoco hay que olvidarse de la limpieza de los canalones de desagües de los tejados y de las azoteas, pues se pueden acumular en ellos hojas secas, bolsas de plástico o musgo que terminen taponando los conductos. Es muy aconsejable colocar salvahojas y practicar una limpieza en primavera y otoño por parte de profesionales de los desatascos.

También los ayuntamientos deben velar por mantener toda la red de saneamiento de una localidad, especialmente en zonas cercanas a ríos que puedan desbordarse ante un periodo de lluvias intensas continuado. Las redes están diseñadas para optimizar al máximo el circuito del agua, pero en bastantes ocasiones la mano del hombre impide su función a través de escombros, restos de podas y otros desechos que se vierten a la red. Además, también es obligación de los organismos públicos controlar las aguas residuales para que no produzcan malos olores.

Comentarios
* No se publicará la dirección de correo electrónico en el sitio web.
ESTE SITIO FUE CONSTRUIDO USANDO