21 Nov
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Uno de los mayores problemas que puede presentar cualquier baño, cocina o jardín, sobre cualquier otro, son las humedades, ya que con lugares donde el agua y el vapor son protagonistas. Al llegar estas fechas, cualquier empresa de reforma de nuestra geografía tiene que acudir a alguno de sus clientes que observan en sus viviendas cómo aparecen manchas de moho en paredes, filtraciones o goteras en los techos. 

Es importante tener en cuenta es que este problema no es solo estético, sino que también afecta a nuestra salud, por eso, solucionarlo con una simple capa de pintura no hará otra cosa que enmascararlo temporalmente. A menudo, el arreglo requiere de una intervención más profunda como explicaremos a continuación.

La importancia de detectar el origen del problema

Lo primero que hay que identificar es el origen del problema, para atajarlo de raíz y evitar que se repita tarde o temprano. Las causas más frecuentes son tuberías rotas por el paso del tiempo o grietas en fachadas, lo que provoca que el agua de una manera u otra entre en contacto con las paredes y termine levantando la capa de pintura y debilitando la estructura interior de las paredes. Por ello, si estás pensando en hacer reformas en tu cuarto de baño o cocina aprovecha para renovar sus tuberías, no te quedes exclusivamente en un cambio de azulejos. En cualquier caso, es recomendable indicarle al profesional encargado de la obra que revise el estado de las instalaciones interiores.

Otra de las causas de la aparición de manchas de humedad en las paredes es la falta de ventilación, algo muy frecuente en sótanos, baños interiores o espacios como cocinas o desvanes. Para evitar este problema, si en tu hogar cuentas con habitaciones sin ventanas exterior, lo mejor es colocar extractores de aire o rejillas en las puertas de acceso.

En el caso de los techos, los problemas pueden ser causados por cuestiones como tejas sueltas o falta de adherencia de las losetas de la azotea. Muchas de estas cuestiones pueden solucionarse con la ayuda de un profesional que sepa colocar de nuevo correctamente tanto tejas como baldosas. En el caso de estar dañada la tela asfáltica, o incluso a llegar esta a ser inexistente, habrá que emprender una obra de mayor envergadura. En el caso de las azoteas, es recomendable aplicar una pintura impermeabilizante de caucho cada cierto tiempo a partir del primer desperfecto.  

Cómo eliminar la humedad superficial

Eliminar este problema puede ser un procedimiento sencillo siempre que no sea provocado por la rotura de alguna tubería alojada dentro de la pared, lo que conlleva que haya que abrir un agujero en la misma para sustituir el fragmento de tubo deteriorado provocando otras molestias como escombros y suciedad. 

En primer lugar hay que raspar con una espátula la zona afectada para eliminar toda la pintura que no esté en buen estado. Para ello también nos podemos ayudar de un cepillo metálico para hacer una limpieza más profunda. Tras este paso, hay que aplicar por medio de un paño o esponja en desuso sobre la zona una mezcla de agua con cloro (o algún producto detergente) para pulirla y dejarla limpia de cualquier resto pequeño. Posteriormente, tras observar que no hay ninguna grieta producida por la humedad, hay que rellenar el hueco con yeso o algún preparado especial para ello con la ayuda de una espátula. Hay casos en los que hay que eliminar también por completo el yeso o el material que haya servido como revestimiento (como la perlita). Este proceso requiere de mayor especialización, por lo que es conveniente acudir a un profesional. 

Tras dejarlo secar bien y alisar la zona si es necesario con una lija, es el turno de aplicar una pintura impermeabilizante que contribuya a que no vuelva aparecer ninguna mancha con el paso del tiempo. Actualmente, en el mercado se pueden encontrar varios tipos de estas pinturas como las bloqueadoras, las de fijación o las impermeabilizantes. A la hora de adquirir una u otra hay que observar si está indicada para aplicarla en zonas interiores o exteriores.

Una vez que el impermeabilizante ha secado, al menos durante 24 horas, ya se puede aplicar la pintura final. Hay que tener en cuenta que si optas por hacer esta pequeña reparación en días de lluvia, el tiempo de secado debe prolongarse más de lo recomendado por el fabricante.

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