14 Jun
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El pladur es, sin duda, uno de los materiales más utilizados en reformas de todo tipo de inmuebles, tanto viviendas como locales comerciales y oficinas. De hecho, es muy raro encontrar ya un edificio que haya sido rehabilitado recientemente, o de nueva construcción, que no tenga paredes realizadas en este material. Como almacén de Pladur en Sevilla desde la empresa Carmoplac nos indican que en los últimos años han incrementado las ventas de  placas de yeso laminado (como realmente se llaman) de forma sustancial.

Pese a todo, hay muchas personas todavía que consideran que se trata de un material muy frágil y poco resistente, aunque en realidad cuenta con una variedad de propiedades. De hecho, existen placas diseñadas especialmente para aislar un espacio del ruido o de la humedad que llegan a ahorrar bastante tiempo y dinero gracias a su instalación en comparación con otros métodos de tabiquería tradicionales. Para desterrar ese mito de que el pladur no es capaz de soportar el peso de una estantería, un cuadro de grandes dimensiones o cualquier otro objeto de cierto peso, hemos preparado este artículo. ¿Acabas de alquilar un piso y te gustaría decorarlo a tu gusto? ¡Sigue leyendo!

Lo primero que hay que tener en cuenta es que se deben seguir unas instrucciones básicas a la hora de colocar las placas. Esta es una tarea reservada para especialistas o profesionales con cierta experiencia, no para aficionados, en menor o mayor medida, al bricolaje. Se debe comenzar por elegir un sistema de fijación adecuado y un grosor de placa proporcionado al peso de los objetos que queramos colocar, no en vano antes de taladrar un tabique hay que tener presente su grosor. Si no lo sabes porque acabas de llegar a la vivienda, hay un truco muy sencillo para averiguarlo: basta con hacer un orificio con la ayuda de un taladro y mediante una broca muy fina e introducir por él un alambre hasta que impacte con la placa del otro lado. Bastará señalarlo y extraerlo para comprobar el tamaño de la pared. En el caso de que la pared tenga instalada una rejilla de ventilación, tan solo tendrás que retirarla para ver el espesor de las placas.

A continuación, ya se puede proceder a ampliar el agujero para colocar el taco dentro de él. Bajo ningún concepto debe hacerse este taladro mediante un objeto punzante como un destornillador o una puntilla, pues el orificio sería irregular y no ofrecería la misma resistencia. Lo más recomendable es abrirlo por medio de un taladro eléctrico cuya broca tenga un tamaño exactamente igual que el del taco que se va a introducir. Así nos garantizaremos un agarre perfecto. Lógicamente, el grosor del taco dependerá del volumen del objeto que se vaya a colocar. Si su peso es menor de 15 kilos y el grosor del tabique es igual o mayor de 19 milímetros, lo mejor es emplear ganchos en forma de X o clavijas de plástico (bien autoperforantes o de “tulipa”).

Otra clave es evaluar los puntos de apoyo que debe tener cada elemento que se vaya a instalar. Nuestros amigos distribuidores de Pladur en Sevilla recomiendan que cada anclaje soporte, como máximo, una carga de 5 kilos si el objeto no se va a mover (cuadros, pequeños adornos, relojes de pared, espejos, etc.). Por el contrario, si los elementos van a tener algún movimiento (como percheros, toalleros o anclajes de cortinas) lo mejor es apostar por tacos metálicos de tipo paraguas o los conocidos como “de apertura” (en forma de nudo o como abrazadera). Este método sirve para cargas de hasta 30 kilos de peso. A partir de ese peso ya se recomienda que los anclajes estén separados unos 40 centímetros entre sí. 

Por último, si queremos colocar un objeto muy pesado, como estanterías, baldas o incluso electrodomésticos de menor entidad, se debe recurrir a unos refuerzos especiales que tienen que colocarse en el momento de la instalación de las placas. Por eso, si estás haciendo reformas o tienes pensado hacerlas con pladur, debes tener muy claro dónde vas a colocar cada elemento. Lógicamente, esto no siempre es posible por lo que también puedes recurrir a localizar los perfiles verticales que sostienen el tabique y atornillar a ellos directamente lo que necesites. Eso sí, lo más seguro es que no coincidan con tu lugar favorito, pero al menos te garantizarás resistencia. Localizar dichas barras metálicas es tan fácil como rastrear la pared en busca de ellas mediante un imán. ¡Recuerda que cada punto de anclaje nunca puede llegar a soportar más de 30 kilos!

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