Seguro que, como yo, siempre estás buscando ideas para mejorar la calidad de vida de toda la familia. No se trata siempre de grandes cosas porque, por suerte, muchos de nosotros ya tenemos cubiertas las necesidades básicas. Más bien me refiero a pequeños detalles que hacen que el día a día sea mucho más agradable.
Hoy os quiero presentar cinco básicos para mejorar la calidad de la familia basados en el textil. Quizás ya habéis descubierto uno o más de uno por vuestra cuenta, pero para los que todavía tienen dudas, aquí están mis cinco pequeños tesoros básicos en textil.
1) Las sábanas de coralina. Reconozco que soy friolera y, desde siempre, una de las cosas que más he odiado ha sido meterme en una cama fría y tener que esperar hasta que coge el calor del cuerpo. Por eso siempre había usado sábanas de franela. Pero odio las bolitas que tarde o temprano acaban haciendo.
Las sábanas de coralina son muy suaves, mullidas y no hacen bolas. Y lo mejor de todo es que cuando te metes en cama ya notas ese calor tan agradable nada más entrar.
2) Las fundas nórdicas. Otro gran descubrimiento para mí. Por las mañanas cada minuto cuenta y desde que he descubierto las fundas nórdicas ya no quiero otra cosa. Hacer la cama es una tarea tan rápida que ni siquiera necesito reservar tiempo para hacerla.
3) Las mantitas polares para el sofá. Y sigo con mis descubrimientos invernales, pero tranquilos que no todo va a ser referido al frío. Siempre me gusto taparme con algo en el sofá, aunque el ambiente esté caldeado por la calefacción. Las mantitas polares son fenomenales porque no pesan, no abultan nada una vez dobladas y van a la lavadora las veces que haga falta.
4) Los puff con espacio de almacenamiento. Me gustan los puff, especialmente los que se ocultan bajo la mesa de centro. Pero desde que he descubierto los que tienen espacio para almacenaje no quiero otros. ¡La cantidad de cosas que se pueden guardar ahí! Desde revistas hasta todas esas cosas que te gusta tener a mano pero que no quieres que estén a la vista.
5) Los estores de tela lavable. ¡La de problemas que me ahorro en la cocina! Antes tenía una cortina que era imposible mantener limpia, siempre acababa salpicada con algo o manchada por el humo y el vapor cuando no era que simplemente apestaba. Con el estor de tela lavable solo tengo que pasarle un pañito húmedo, a veces con un poco de limpiador para dar olor, y siempre está impecable.