25 Jan
25Jan

Quizá entre uno de los propósitos que te hayas planteado para este nuevo año haya sido la creación de tu propia empresa, bien como una aventura en solitario o bien en compañía de algún socio. Sea cual sea la fórmula, esta es una decisión valiente en la que hay que evaluar muchos puntos a favor y en contra, por ello, hemos recurrido a nuestra asesoría en Sevilla de cabecera, SumaGestión, para que te ayuden a terminar de convencerte.

1. Vivir de lo que te gusta

“Dedícate a trabajar en lo que te gusta y te olvidarás de que estás trabajando”. Seguro que has leído alguna vez esta frase o te ha causado envidia sana algún amigo que te cuenta lo feliz que resulta su día a día en su puesto de trabajo. Si no es tu caso, y no te apasiona tu ocupación, quizá sea el momento de que montes un negocio que se dedique a alguna de tus pasiones. Eso sí, no solo basta con eso, sino que la experiencia en el sector también es un elemento muy importante que hay que tener en cuenta.

2. Convertirte en tu propio jefe

Esto no quiere decir que por no tener ningún superior no tengas que rendir cuentas a nadie, más bien al contrario, pues ahora serán tus propios clientes los que te exijan y te demanden cualquier asunto que les parezca oportuno. No obstante, ser tu propio jefe te permitirá organizarte el trabajo como mejor creas oportuno (horario, sede, equipos…) y tomar las decisiones que consideres en cada momento.

3. Crecer profesionalmente

La satisfacción personal que supone superar los retos que genera la actividad de emprender supone una de las mayores recompensas que se pueden  experimentar. Pero para conseguirla, hay que estar preparados mentalmente pues son muchas las dificultades que pueden aparecer en el camino, pues no hay certeza de que lo que funciona y atrae clientes hoy siga funcionando igual de bien el día de mañana. Arriesgar y tomar decisiones complicadas pasará a formar parte de tu ADN como empresario.

4. Aprender constantemente

Tener la máxima responsabilidad de un negocio implica estar al día de todas las novedades de ese sector, aparte de dominar todos los aspectos que puedan despertar el interés de tus clientes. Pero además, tendrás que aprender cuestiones jurídicas, mercantiles o de recursos humanos, entre otras. Para ello, nada mejor que contar con los servicios de una asesoría fiscal que sepa responder a todas las necesidades legales.

5. Flexibilizar horarios

Una idea equivocada es pensar que al ser nuestro propio jefe no necesitaremos horarios establecidos, pero nada más lejos de la realidad. De hecho, seguramente tu nuevo horario laboral sea de 24 horas, sobre todo, si eres autónomo. Lógicamente, esto implica decir adiós a la monotonía que ofrece un trabajo asalariado pero, por el contrario, vivirás experiencias diferentes cada día.

6. Ganar dinero

Aunque muchas veces se evita hablar de ello, obtener beneficios es la principal motivación para abrir un negocio. La rentabilidad es imprescindible para que la empresa prospere y perdure en el tiempo, pero es también un error importante creer que desde el primer momento se van a conseguir beneficios. De hecho, estos llegarán tras mucho esfuerzo y no pocos errores. ¡Tenlo en cuenta y no desesperes!

7. Conocer personas

Tejer una buena red de contactos es fundamental para la buena marcha del negocio. No solo conocerás clientes o potenciales usuarios de tu negocio, sino que tendrás que entablar contacto con tu competencia, otros profesionales del sector, funcionarios, etc.

8. Fomentar tu creatividad

Una de las claves del triunfo es aportar al mercado una idea o producto diferente a lo que ya exista. En este caso, tu imaginación no tendrá ninguna limitación impuesta por un cargo superior. ¡Sé creativo y busca nueva soluciones a los problemas habituales de tus clientes!

9. Superar la burocracia

A lo largo de tu camino te encontrarás múltiples barreras administrativas. Necesitarás hacer mucho papeleo y tramitar muchos documentos, pero no supone nada que no haya hecho ya otra persona en condiciones semejantes a las tuyas.

10. Detectar las oportunidades

Tener buen olfato para los negocios conlleva saber transformar las debilidades en fortalezas. Precisamente, la crisis económica ha contribuido a que aparezcan ideas de negocio alternativas a las que ya existían.

En conclusión, hay muchas motivaciones para emprender, todas válidas, pero ya depende de cada persona establecer una jerarquía y ponderar aquellas que considere principales. Lo fundamental, sobre todo, es ser realista y ser consciente de las limitaciones personales o de otra índole que se puedan poseer.

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